Si. Los tratamientos primeramente se estudian en laboratorios, con el fin de ver si pueden ser beneficiosos para prevenir o tratar una enfermedad. Antes de estudiarse con personas, se estudian con líneas celulares y animales para comprobar su seguridad y estudiar como afectan al cuerpo.
Cuando se tiene la seguridad de que un medicamento es seguro y útil, mediante diferentes fases se estudia en personas. Podemos agrupar los estudios en dos grandes etapas: fase temprana y fases posteriores.
La fase temprana normalmente incluye un número reducido de pacientes o de población sana. En el caso de estudios dirigidos a pacientes pediátricos, nunca se incluirán niños sanos en ninguna de las fases de estudio. El objetivo de esta fase es verificar el nivel de seguridad del medicamento, antes de estudiarlo con un grupo más grande de niños.
Las fases posteriores incluyen a un número más grande de personas, y tienen como objetivo encontrar la dosis que mejor funciona según grupos de edad y los beneficios que este tratamiento pueda ofrecernos respecto a otros tratamientos que pudieran existir.
En estas fases se suelen dividir a los pacientes, al azar, para poder hacer comparaciones. A este proceso se le llama randomización o aleatorización.
Ambas fases se realizan también con estudios relacionados con dispositivos médicos, como podría ser un nuevo medidor de glucosa o un marcapasos.